de viaje a
PARIS
Conocida como la Ciudad de la Luz, París, es un destino que combina historia, cultura, modernidad y un toque romántico que nos enamora. En ésta ocasión, Paula nos acompaña a visitar los lugares y rincones más especiales para ella de la capital francesa, y nos aporta una visión diferente de la ciudad.
"París no es solo lo que vemos en las postales. Es un lugar lleno de vida y contrastes que va más allá de los clichés turísticos. En sus rincones menos conocidos, la ciudad revela su verdadera esencia: un caos artístico y auténtico, donde lo imperfecto es lo que realmente la define”
GASTRONOMIE
La Boulangerie Liberté es una de las panaderías más modernas de París situada cerca del Canal Saint-Martin. Con un enfoque contemporáneo y un diseño minimalista es perfecta para disfrutar de la gastronomía parisina.
“El pan de olivas es uno de sus productos estrella, con una corteza crujiente y un interior suave y lleno de sabor. También ofrecen una amplia variedad de pasteles, croissants, pain au chocolat, todos elaborados con técnicas artesanales. Es un lugar ideal tanto para los amantes del buen pan como para quienes buscan un rincón diferente en París.”
Le Marche poncelet es un mercado al aire libre y aunque no es tan grande como otros mercados de la ciudad, se ha ganado una reputación por su calidad y la cuidada selección de productos frescos. Aquí, los parisinos y visitantes pueden encontrar de todo, desde frutas y verduras frescas hasta quesos, carnes, pescados y flores.
“Lo que más me gusta del Marché Poncelet es esa sensación de cercanía que no encuentras en otros lugares. Es un mercado donde los vendedores te llaman por tu nombre, te cuentan sobre la frescura de sus productos y te hacen sentir como parte de la comunidad. No es solo un lugar para comprar, es un espacio para conectar y disfrutar de la auténtica vida parisina."
Giverny es un pequeño pueblo en la región de Normandía a tan solo una hora de viaje desde Paris, conocido en todo el mundo por ser la casa de Claude Monet, uno de los grandes maestros del impresionismo. La Casa de Monet se mantiene casi como él la dejó, pero la verdadera joya del lugar son sus jardines, divididos en dos secciones: el Clos Normand, un jardín de flores lleno de color y vida, y el Jardín de Agua, con su icónico estanque de nenúfares y el famoso puente japonés cubierto de glicinas, elementos que Monet inmortalizó en su serie de pinturas de "Nenúfares".
“Pasear por estos jardines es como entrar en uno de sus cuadros. Las combinaciones de flores, y la tranquilidad del entorno crean un ambiente casi mágico que te traslada directamente a la visión artística del pintor.
Para quienes aman el arte y la naturaleza, la visita a Giverny es una experiencia imprescindible que permite ver cómo la belleza del paisaje puede inspirar y hacerse realidad sobre un lienzo.“
